Barrio bajo

El cielo apenas lucía claro, con tonalidades oliváceas y nubes un tanto cenizas, nunca se distinguía si era por la contaminación lumínica o si en verdad así eran los cielos desde siempre. – ¿A qué hora es? –Oyó Asher decir a su compañera. Estaba tomando un café mientras meditaba; por la mañana casi no había gente caminando en las pasarelas de los edificios altos ni tampoco habían parejas reposadas en las plazas aéreas de la zona, sin embargo, por la tarde, cuando los avisos de neón resplandecían y los mercaderes habituaban la compra-venta de todo tipo de productos, allí entonces se presenciaba una muchedumbre de seres de razas misceláneas; el apabullante sonido de personas entrelazando conversaciones que apena s y se distinguen era un elemento distractor que siempre disfrutaba– ¡Oye, Asher! –Alzó la voz, hasta que el detective reaccionó. – Relájate un poco, Kristin –Dijo él, luego de dar un largo sorbo a su café–. Aun faltan unos minutos… –Dijo sin mucha preocupación. ...